La iluminación es algo básico tanto en la fotografía como en el cine.
No solo ayuda a ver mejor la escena sino que sugiere cosas. Puede
inducir a la calma, al misterio, al terror… Puede provenir de uno o
varios puntos, dar relieve o aplanar la imagen. Ser natural o
artificial. Fría o cálida. El fotógrafo de estudio la dispone con astucia
para conseguir el efecto que busca. El aficionado juega con la luz y
las sombras que el sol produce, con el flash…
¿Por qué es necesario este libro?
Observa la escena que tienes delante y cierra un ojo. No importa
cual de los dos. A continuación, con el ojo abierto, entrecierra la
mirada y examina por un momento todo lo que ves. Podrás advertir
la poca información de que dispones. ¿Puedes ver lo difícil que
resulta distinguir las distancias y la separación que existe entre los
objetos? ¿Cómo ha aumentado el contraste entre luz y oscuridad?
¿Y cómo los objetos que antes aparecían en tres dimensiones ahora
son planos?
Bueno, lo que acabas de ver es exactamente lo que habría visto
tu cámara si la hubieras dirigido hacia la misma escena. Como
puedes observar, la clave para conseguir una fotografía excelente
está en la capacidad para visualizar la imagen que intentas crear y
para distinguir cómo vemos la luz nosotros, en tanto que seres
biópticos y pensantes, y cómo la ven las cámaras en su calidad de
herramientas inanimadas dotadas de un solo ojo.
La luz es la herramienta fundamental del fotógrafo. Además,
siempre es distinta, lo que confiere a cada imagen una atmósfera
única. En tu mano está utilizar esta infinidad de matices para crear
con éxito fotografías únicas.
El presente libro enseña al principiante cómo ver y utilizar la luz
de manera eficaz, al tiempo que permite al aficionado mejorar sus
conocimientos técnicos y al semi-profesional ampliar su experiencia
con el fin de obtener resultados más satisfactorios y creativos.

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