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Briones, La Rioja, Museo Casa Encantada, Museo del Vino, Museo Vivanco, Vino de Rioja
Nombrar Briones es decir vino. Este encantador pueblo de La Rioja
alta es enclave del fantástico Museo del Vino, el mejor del mundo,
situado a las afueras. La Bodega Vivanco, o Dinastía Vivanco como
dicen ellos, es la promotora de este recorrido por la cultura del
vino. Negocio familiar de varias generaciones viviendo por y para el
vino. Pueden verse desde viejas prensas y barricas de madera,
hasta modernos equipos para sacar todo el jugo a este mágico
elixir, del que te invitan a una copa al final de la visita.
El pueblo de Briones, de unos 800 habitantes y fundado en el
siglo I, se encuentra situado en lo alto de una colina, a 500 metros
de altura, dominando un paisaje repleto de viñedos. Es el clásico
pueblo riojano, ni muy grande ni muy pequeño, donde se respira
aire puro y la gente se saluda por la calle… En sus tabernas, aparte
de buen vino, se aprecia el magnífico carácter de los riojanos:
amables, hospitalarios y bullangueros. Gente de buen comer y
mejor beber.
En este pueblo, como en otros próximos, se aprecia que la gente
vive bien gracias al vino. No es de ahora. Se nota en detalles como
en su iglesia del siglo XVI, Nuestra Señora de la Asunción, edificada
en piedra labrada con tres naves y una gran torre. Una construcción
muy grande para un pueblo de este tamaño. Existen otros pueblos
similares como son Haro, Cenicero o San Vicente de la Sonsierra,
que entre el cultivo de la vid y la cercanía al Camino de Santiago
han prosperado de forma espectacular.
Aparte de la iglesia y una hermosa ermita a las afueras, tiene
restos de una fortaleza y el palacio del Marqués de San Nicolás;
que además del ayuntamiento y su hermosa fachada, alberga el
museo etnográfico de La Casa Encantada. Este recinto muestra
como era la vida de los antepasados del pueblo. Con su ajuar, fotos,
muebles y utensilios propios de aquella época. Cada estancia recrea
una habitación típica de una antigua casa riojana. Posiblemente
hablemos del siglo XIX o principios del XX.
Para quien pueda viajar en cualquier época del año, recomiendo
no perderse las jornadas medievales, de Interés Turístico Nacional.
Se celebra el tercer fin de semana de Junio. Aparte del ambiente
medieval, hay representaciones teatrales donde se recrean batallas
y juicios de la Inquisición.
Con todos estos atractivos y la buena luz que caracteriza la
región es imposible estar mucho rato sin hacer fotos. En exteriores
he usado filtro polarizador. Todas las fotos están tomadas con
película negativa de ISO 200. Una vez reveladas y digitalizadas las
fotos han sido ligeramente editadas para resaltar el contenido.
¡Hasta pronto!