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Muros del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón

Continuamos visitando el Castillo de la Mota…

parte subterránea del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón

 

Capítulo aparte merece la zona subterránea del castillo. Las fotos
en blanco y negro definen mejor las sensaciones vividas. Bajamos
unas viejas escaleras de piedra y nos adentramos en un dédalo de
fascinantes pasadizos y galerías. Cada poco se abre un espacio que,
con alguna tronera, daba al exterior. Ahí se disponían los cañones
que defendían el castillo. El humo resultante de los disparos, que
era asfixiante, se disipaba mediante un sistema de chimeneas que
ventilaban los cubículos. También vimos las mazmorras. En alguna,
la entrada era un simple agujero en el suelo desde donde tiraban a
los infortunados prisioneros sin ningún miramiento. Estremece
recorrer esos pasadizos entre cuyas paredes parecen resonar los
ecos de batallas, lamentos y sufrimiento. La vida era dura…y corta.

bajada a los sótanos del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijónpasadizo en el Castillo de la Mota. Foto Figaredo, GijónMazmorra en Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón tronera en Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón
En cuanto al resto de la población hay que destacar el Palacio
Real Testamentario de Isabel la Católica, lugar donde falleció, que
hoy es un museo dedicado a su figura. Luego está el Palacio de
Dueñas, que constituye un buen ejemplo de edificio renacentista, el
Museo de las Ferias, que narra la historia de las ferias  de                                 mercancías que transcurrían durante los siglos XV y XVI, haciendo
conocida la villa a nivel europeo. Aunque el eje de la vida diaria
transcurre en la ya mencionada Plaza Mayor de la Hispanidad, de
las mas grandes de España y Europa, lugar de compras, encuentro
y solaz de sus habitantes y visitantes; sin olvidarnos de la visita a
alguna bodega de vino de Rueda, típico de la zona.

Palacio Real Testamentario. Foto Figaredo, GijónColegiata. Foto Figaredo, GijónPortada de la Concepción, de 1507. Foto Figaredo, Gijón
La gran estación de ferrocarril aporta movilidad a los viajeros que
no llevamos coche. Importante nudo ferroviario que une Medina del
Campo con Madrid al sur, Gijón al norte, o Hendaya al noreste,
además de Zamora o Salamanca y Portugal al este, hace las delicias
de los amantes del tren. Estación monumental abierta en 1860 y
remodelada en 1902, cuenta con una gran marquesina de hierro al
estilo francés, de más de 100 metros, con columnas y capiteles.

Estación de Medina del Campo. Vista parcial. Foto Figaredo, Gijón
Dispone de cuatro andenes y todos los servicios habituales, incluida
una cafetería con terraza en el andén principal. Desde allí visitamos
Arévalo y Salamanca; lugares de los que hablaremos en futuras
entregas.