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Llegamos a Medina del Campo en un cálido mes de Octubre hace
unos años. Localidad de unos veinte mil habitantes, muy bien
comunicada por tren; ahora, incluso, con apeadero para el AVE. Lo
primero que nos llamó la atención fue la dicotomía entre animación
y tranquilidad que tiene este pueblo según la zona donde camines.
Destaca su gran Plaza Mayor, con soportales repletos de bares y
comercios.

Plaza Mayor. Foto Figaredo, Gijón
Medina del Campo está cargada de historia. Los Reyes Católicos le
otorgaron la consideración de Feria General del Reino en 1491. Ya
la abuela de Fernando el Católico, Leonor de Alburquerque, fue
señora de Medina. Todo esto unido a su situación geográfica, como
lugar habitual de paso hacia Madrid, hizo que fuera protagonista
tanto de guerras e intrigas palaciegas como de pujante centro
económico y comercial a nivel europeo.

Castillo de la Mota. Foto Figaredo, GijónVista parcial del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón lateral del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón
Testigo mudo de lo anterior es el imponente Castillo de la Mota.
Fue construido en el siglo XV, por arquitectos mudéjares, con los
últimos avances de la época como el foso, la Torre del Homenaje
con cinco pisos y 40 metros de altura, y una gran barrera exterior
(barbacana), donde se situaron piezas de artillería a nivel del suelo
para repeler más eficazmente los asedios. El material elegido fue el
ladrillo, típico de los árabes, pues absorbe mejor los impactos de
los cañonazos enemigos. Pueden verse, todavía hoy, las numerosas
huellas que dejaron los proyectiles en su fachada.

fachada del Castillol de la Mota con huellas de cañonazos. Foto Figaredo, Gijón Fachada de la Torre del Homenaje en Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón
El recinto interior lo conforman cuatro torres y un patio cuadrado.
Allí están las habitaciones, cuadras, y demás dependencias. Aquí
pasó Isabel la Católica sus últimos días.

foso del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón entrada al Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón
Entramos al castillo por un gran puente (antaño levadizo) que
salva el foso que lo circunda. Vemos el patio con un cañón de la
época que tiene una inscripción: “Quien a mi rey no obedeciera de
mí se guardara”. Tal cual.

cañón en Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón Quien a mi rey no obedeciera de mí se guardara. Foto Figaredo, Gijón
Damos un paseo por el patio y las almenas. El castillo, del que
partía una muralla, está situado en una pequeña colina. El recinto
que contenía dicha muralla, hoy prácticamente desaparecida, era la
antigua Medina. Posteriormente, a raíz de una repoblación, se abre
hacia el llano.

Torre del Homenaje en Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón almena del Castillo de la Mota. Foto Figaredo, Gijón

(Continuará la próxima semana)