La vida pasa llena de buenos y malos momentos; solemos tender a
recordar más los primeros. El cerebro nos hace ese pequeño favor.
Con el paso del tiempo la memoria flaquea y esos bellos recuerdos
se diluyen en los avatares diarios terminando por desaparecer. La
solución es documentar gráficamente esos instantes; es decir, hacer
fotos. Si hay una época del año en que, presumiblemente, somos
más felices, es la de vacaciones. El relax que supone carecer de
obligaciones y responsabilidades, junto con el placer que produce
conocer nuevos lugares es la clave. De hecho es cuando más fotos
se hacen. Ahora bien, ¿qué hacemos con esas imágenes? ¿nada?
He ahí el gran error que mucha gente comete. Lo primero es hacer
una selección con las mejores fotos. Las pasamos a una carpeta y a
imprimir. Si las tenemos en el teléfono basta con descargar la
aplicación gratuita “order-it mobile” para marcar las que más nos
gustan y luego pasar por la tienda a revelar.
Una vez tenemos las fotos en la mano viene el segundo paso:
archivarlas de alguna manera. Hay quien las mete en cajas de
zapatos, o en un cajón de la mesita. No deja de ser un síntoma de
dejadez. Además, en un futuro, no se van a encontrar cuando se
quieran ver de nuevo. Lo propio es organizarlas en álbumes de
fotos. Hay muchos tipos: de cartulina y papel vegetal, de anillas
con hojas autoadhesivas o eslipin, enfundadas con anotaciones… el
que más nos convenga según nuestros gustos, la cantidad, o el
tamaño de las fotos. Las tapas también son de lo más variado, y
su elección dependerá de nuestra personalidad o estado vital. Las
hay clásicas, modernas, personalizadas, o de coloridos diseños. Los
materiales van desde el sufrido polipiel al delicado textil, pasando
por el económico cartón prensado. Cada año hay cambios, tanto en
decoración como en el material, al vaivén de las modas…
Todo se resume en tener nuestras fotos ordenadas y localizadas,
decorando nuestro hogar en lugar principal. Porque quien no da
importancia a sus fotos carecerá de recuerdos y tendrá una vida
vacía y triste.
Y tú… ¿Donde guardas tus fotos de vacaciones?