Finalizamos hoy con los pasajes del libro “Técnica fotográfica”,
de Antoine Desilets. Al que le haya gustado toda esta teoría
fotográfica le toca conseguir este libro u otro similar. Los autores
también tienen derecho a vivir de lo que escriben…
PRIMER PLANO, FONDO, PROFUNDIDAD
La profundidad se asocia a menudo con la perspectiva, como se
ha hecho siempre en fotografía, con dar la ilusión de profundidad
sirviéndonos simplemente de todos los elementos secundarios que
entran a formar parte en la composición de una foto. Los ojos “ven”
en tres dimensiones. Cada ojo “ve” su propia imagen, y ambas
imágenes, superpuestas en el cerebro producen el efecto de
profundidad. En fotografía empleamos un solo objetivo para
reproducir una escena que vemos en relieve, y luego la plasmamos
en una hoja de papel plana. Dos dimensiones son perfectamente
mensurables: la longitud y la anchura. En cuanto a la ilusoria
apariencia de esta otra dimensión que es la profundidad, no es sino
una consecuencia de la perspectiva. Se la puede traducir mediante
el uso racional de los primeros y últimos planos, que dividen así -o
seccionan- la imagen en planos sucesivos e intermedios, que
despiertan en nuestra memoria el hecho de que dichos planos
existen y nos sugieren instintivamente la sensación de profundidad.
Así, pues, se utilizarán al máximo los elementos secundarios
-primeros planos, líneas, etc.- con el fin principal de aumentar o
disminuir la relación de tamaño entre los objetos situados en planos
distintos, lo que dará como resultado establecer una noción de la
distancia que los separa. La vista los calibra y la mente reacciona
como si la profundidad existiera realmente.
Para establecer la relación o contraste con motivos inmensos,
como una montaña, el mar, el desierto, la mirada busca siempre un
punto de apoyo: un árbol, un animal, una figura humana, algo en
fin, de tamaño más pequeño y conocido que le permita comparar
las dimensiones relativas existentes entre cada elemento. El
“enfoque selectivo” juega un importante papel en cuanto a la
sensación de profundidad.
Por esta razón, un plano secundario debería estar siempre fuera
de foco, así como el fondo, a ser posible, de tal forma que sólo el
sujeto principal destacara nítidamente a través de los distintos
planos.
Recordemos que el ojo humano “mira” a lo lejos de una manera
selectiva. Aunque engloba, cuanto cae dentro de su campo visual,
se detiene únicamente en los detalles que juzga más interesantes y
que retienen su atención. Con la cámara fotográfica no ocurre tal
cosa; y si bien ésta puede ajustarse para un enfoque sobre
cualquier punto, desde unos centímetros hasta el infinito, nada le
indica al aparato dónde se halla el centro de interés. Corresponde al
fotógrafo, por lo tanto, poner en juego su astucia y utilizar en su
favor todos los elementos capaces de conducir al espectador hasta
el meollo de su “mensaje”, ya sea mediante el enfoque, la
profundidad de campo, la abertura del diafragma, el contraste de
valores entre el fondo y el sujeto, etc. Por ejemplo, una chica con el
pelo rubio resaltará más sobre un fondo oscuro; eso es de sentido
común, y sin embargo, no siempre se tiene en cuenta.
Recordad, para quien esté interesado, que todos estos
contenidos también los podemos adquirir, o afianzar, mediante
nuestras clases particulares. Sólo un alumn@ por turno.
Técnica fotográfica (y 6)
11 viernes Dic 2015
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