Con algo más de 7.000 habitantes, este hermoso pueblo de la Montaña Palentina tiene muy buenas razones para ser visitado y hacer buenas fotos en él. En primer lugar destacaremos su clima: con sus más de 900 metros de altura, al menos en invierno hace un frío de narices; si, ese frío que te pone la nariz roja, agravado por el viento que hace descender unos cuantos grados la sensación térmica. No deja de estar cerca de la estación de esquí del Alto Campoo. De todas formas, al llegar, en las horas centrales del día, al sol se estaba francamente bien en una terracita… Seguidamente nos dirigimos a su plaza mayor, rectangular y con acogedores soportales que nos protegieron del diluvio de aquella tarde de Semana Santa. No faltan los bares, pubs ¡e incluso cines!. Te encuentras muy a gusto y se nota que la gente tiene trabajo y dinero. No deja de sorprender ese ambiente tan bullicioso en un pueblo de este tamaño. Enseguida entablan conversación, se interesan por tu procedencia y te acogen como uno más…
Aguilar de Campoo tiene estación de autobuses (mejor que la de Gijón), y de tren; aunque francamente lejos del pueblo. Otro de sus atractivos son sus cuidados alrededores, con sendas peatonales y paseos con encanto junto al Pisuerga. Aquí empiezan a salir buenas fotos; en cuanto sales ligeramente del casco urbano. Tomas con gran angular para poder abarcar buena parte de este paisaje verde y vivo, con el frío seco que proporciona su altura y montañas cercanas…
A las afueras, en un promontorio, encontramos el castillo -tan descuidado y ruinoso como la mayoría-, aunque conservando sus muros y atalayas. Desde arriba se divisa todo el pueblo, a un lado, y todo el bosque virgen al otro. Bien mirado está mucho mejor conservado el paisaje que el propio castillo, aunque todavía puedes pasear por su planta y encaramarte a alguna que otra almena… Desde arriba pueden hacerse bonitas fotos de esa zona de paisaje tal como lo vieron sus antiguos moradores. A la bajada nos detenemos en la ermita de Santa Cecilia, excelente ejemplo de lo que se ha dado en llamar el románico palentino, la primera iglesia románica de tres naves y techo de madera; con una curiosa torre prismática y un interior austero pero muy rico en detalles…como un capitel que narra, en imágenes, la matanza de los Inocentes en tiempos de Herodes. Una guía, pagada por la Junta de Castilla y León, te explica toda su historia y pormenores. (Continuará)