(Viene del 16 de Diciembre)
Al siguiente día cruzamos la frontera con Francia y, siguiendo la autopista que va a Marsella, nos encaminamos a Narbona; célebre por su gran catedral y su pasado romano. En plena plaza mayor se conserva un trozo de la calzada romana original, la vía Domitia, la primera calzada romana que enlazaba Italia y España a través de la Galia. La enorme catedral de San Justo y Pastor es la tercera más alta de Francia y monumento nacional. Es de estilo gótico, nunca se
terminó del todo, y tiene unas torres que le otorgan cierta vocación
defensiva. Merece la pena ver su interior con detenimiento.
Por la tarde llegamos a Carcasona, ciudad medieval de cuento y uno de los lugares más visitados de Francia. Sorprende su gran estructura defensiva, sus callejuelas empedradas llenas de pequeños negocios,
y su impresionante castillo en el centro de la ciudadela. Está en un promontorio, bien separada de la ciudad moderna. Tiene una doble
muralla de tres kilómetros de longitud y figura como Patrimonio de la Humanidad. Ni que decir tiene que está inundada de turistas, cuesta mucho sacar unas fotos en condiciones, sin gente, y los precios de bares y comercios son altos. Al día siguiente regresamos a Asturias con una parada en Barcelona. Esta vez optamos por un viaje organizado, en autocar, para poder visitar más lugares con el poco tiempo disponible y por la comodidad de los desplazamientos durante todo el recorrido. Además no hay que preocuparse de donde comer o cenar. Todo está planificado de antemano y, si tienes suerte con el grupo, puede resultar una experiencia muy gratificante.
¡Hasta otro día!