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Catedral de Coria, Catedral de la Asunción, Coria, viajar por Extremadura, viajes en autocar, visita guiada a una catedral
Despertador 8:00. Desayuno 8:30. Maletas en el autocar a las 9:15
y a las 9:30 emprendemos camino. Aunque es día de regreso, la
organización del tiempo es fundamental para disfrutar hasta el
final. Nos dirigimos a Coria, a pasar la mañana en un estupendo
destino escogido por el mayorista.
Coria, noble villa de la comarca de Alagón de origen prehistórico,
tiene tres principales monumentos que visitar: su Palacio de la Casa
de Alba, sus murallas romanas con 20 torres y la Catedral de la
Asunción. Nos centramos en esta última por su espectacularidad.
Mercedes, nuestra guía acompañante, había quedado con un amigo
para que nos enseñase todo su interior, su historia y sus secretos…
Mientras llegaba la hora convenida hicimos tiempo visitando el
Museo de la Cárcel Real, del siglo XVII.
La Cárcel Real es un antiguo edificio, una prisión de las de toda la
vida. Al cesar en su principal función fue reconvertido en un curioso
museo que mezcla arqueología, historia y costumbrismo. Por un
lado vemos como es una vieja cárcel con su celda de castigo. Por
otro está todo lo encontrado en las excavaciones arqueológicas; de
época romana y anteriores. Por último hay unas dependencias que
nos muestran el culto al toro bravo, que fascina en esta región. Nos
cuentan que solo lo utilizan para los encierros, no para la lidia.
Donde vive un obispo hay una catedral, independientemente del
tamaño de la localidad. La catedral de Coria, de estilo gótico tardío,
plateresco y barroco, empezó a construirse en el 1.498 y se pudo
terminar en el 1.748. Al poco tiempo, en 1.755, llegó el terremoto
se Lisboa y la dañó seriamente. Por lo tanto, entre la construcción y
las reparaciones siguientes, lleva más de 500 años en obras. La
principal razón de su estado calamitoso está en el lugar de su
construcción; el peor sitio posible, a la vera de un barranco. ¿Por
qué la hicieron allí? Lo de siempre; primero hubo una catedral
visigoda, luego una mezquita… siempre construyen templo sobre
templo. El caso es que presenta grandes grietas y, de no hacer
nada, corre grave riesgo de venirse abajo.
Cuando llegamos a una de las entradas de la catedral, la Puerta
Norte, vimos salir a la procesión del Domingo de Resurrección.
Tradición, colorido y sentimiento a partes iguales. En el balcón de la
catedral había dos señoritas preparadas para arrojar pétalos de
rosa sobre el cortejo. (Continuará la próxima semana)