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fotos flores, manzano, polarizador, primavera, Santa Eufemia
Bien entrada la primavera empieza la naturaleza a ofrecernos espectáculos sorprendentes. Una de las ventajas de vivir en Asturias es la cercanía que tenemos al campo. No tenemos que tomar un tren para irnos a la sierra, como en Madrid, ni conformarnos con la escuálida vegetación que tienen por la zona levantina. Esto no es un secarral. Aquí el campo es frondoso; cuajado de árboles, plantas y arbustos de todo tipo. Basta con irnos a las afueras de la ciudad para verlo. La explosión de vida y color lo inunda todo. Los ríos bajan caudalosos. Aunque ya no llueva tanto como antes…
Hoy vamos a fijarnos en el manzano; quizá el árbol más totémico de la región por ser clave para la elaboración de la sidra. Su origen es remoto: se dice que viene del Cáucaso y las orillas del mar Caspio, donde se empezó a cultivar hace unos 15.000 años. En Europa lo introdujeron los romanos. Aquí se desarrolla muy bien debido a nuestro clima húmedo y templado.
Dejando aparte las indudables virtudes de la manzana, vamos a deleitarnos hoy con sus flores; muy fáciles de fotografiar por ser árbol mediano de ramas bajas. Debemos usar una cámara con ajustes manuales y zoom óptico, para poner un diafragma muy abierto y así obtener una profundidad de campo muy pequeña. También se precisa una distancia focal suficientemente alta para contribuir al efecto que buscamos. No sirve un objetivo gran angular. Por tanto no nos sirve la cámara del móvil. Con esto conseguimos aislar la flor, o flores, del fondo. El enfoque debe hacerse con precisión; fijándose en lo que queda enfocado y desenfocado. El resultado es mucho más atractivo a la vista que tomando la foto de cualquier manera.
Para el árbol completo ya nos sirve un objetivo normal, o gran angular, pero equipado con un filtro polarizador. De esta forma obtendremos ese cielo tan azul salpicado de nubes blancas. Hay que girar la parte móvil del filtro hasta ver el grado de polarización que nos parezca oportuno. Según el giro podemos ver un cielo azul pálido o incluso prácticamente negro. El punto medio depende del gusto de cada cual. Obviamente también influye el día y la hora escogida. Lo ideal son días soleados, con brisa y nubes sueltas; muy frecuentes en las primaveras y veranos asturianos. Así nos queda una atmósfera limpia, propicia para las fotos. Debemos evitar las horas centrales del día, para que el sol no esté en lo alto del cielo. Lo más acertado es hacerlas a media mañana o a media tarde. El sol, por tanto, quedaría a media altura.
Resumiendo: aunque una buena foto puede ser casual, lo normal es preparar el terreno para conseguirla. Solo así lograremos fotos satisfactorias que podéis enseñar con orgullo a todo el mundo. -Fotos hechas en Sta. Eufemia (Salas)-